Desde hace algún tiempo, he estado compartiendo ideas y reflexiones en LinkedIn sobre temas cruciales para el mundo empresarial contemporáneo. Con experiencia en empresas multinacionales y especialización en Estrategia, Innovación y Tecnología, tengo el privilegio de explorar de cerca el impacto transformador de la tecnología en los negocios, habiendo desarrollado experiencia en ventas y entornos corporativos dinámicos.
Para comenzar, traigo una reflexión sobre el liderazgo y su adaptación en un entorno de constante cambio e innovación, con una perspectiva de diversidad que busca promover una mayor conciencia y apoyar el avance del liderazgo femenino. Soy madre de dos hijos, una niña y un niño, y esta experiencia me proporciona una visión única de las complejidades de criar niños de diferentes géneros. Este rol maternal es una lección diaria que a menudo me lleva a repensar cómo interactúo con cada persona.
Mi hija, una niña de seis años, es extremadamente sociable, valiente y decidida. Recientemente, algo que hizo me impactó profundamente, llevándome a una reflexión más amplia sobre cómo fomentamos a nuestras niñas. Un día, logró hacerse un "casi" peinado simple por primera vez. Orgullosa, vino a mostrarme su logro, y mi primer instinto fue corregirlo, pensando que podría hacerlo mejor. Sin embargo, en ese momento, recordé una TED Talk que había visto recientemente, titulada "Teach Girls Bravery, Not Perfection", de Reshma Saujani.
Esta charla me hizo reflexionar sobre cómo a menudo criamos a las niñas para que busquen la perfección, mientras que a los niños se les alienta a ser valientes. Al recordar esto, me di cuenta de que podía desalentar a mi hija al buscar la perfección en algo tan trivial como un peinado, arriesgando minar su confianza. En cambio, elegí elogiar su iniciativa y esfuerzo, fortaleciendo su determinación y coraje.
La experiencia me llevó a reflexionar sobre cómo las expectativas de perfección pueden limitar no solo a las niñas, sino también a las mujeres en el entorno profesional. En muchos casos, las mujeres evitan los riesgos por temor a no cumplir con estándares inalcanzables, lo que puede limitar su crecimiento e innovación.
- De más de 100 fundadores y cofundadores de startups brasileñas, el 81% son hombres, el 87% son heterosexuales y el 69,23% son blancos.
- Lo más impresionante es que el 85,58% de ellos se sintieron completamente confiados al decidir iniciar un negocio, a pesar de que el 36% ya había fracasado al menos una vez (44%) o incluso dos veces (34%).
Hablé con varias amigas emprendedoras que comparten una visión diferente de sus negocios. A menudo, comienzan sus empresas por necesidad y no se ven a sí mismas como parte del escenario tradicional de startups, revelando una perspectiva distinta sobre el emprendimiento femenino y los desafíos que enfrentan estas mujeres.
Debemos fomentar que nuestras niñas sean valientes, no perfectas. Esta mentalidad puede abrir camino para una generación de mujeres que no temen el juicio y que se aventuran audazmente en el mundo de los negocios y la vida. ¡Creo en un mundo con más cabellos desordenados y niñas llenas de coraje!
La reflexión de hoy es sobre nuestro papel como madres de niñas y líderes de equipos diversos. Es una invitación a cuestionar las expectativas que el mundo nos impone y a fomentar que las mujeres adopten una postura más valiente y menos perfeccionista. Al promover un entorno donde el fracaso y el intento de nuevo son alentados, creamos oportunidades para logros extraordinarios.
La reflexión de hoy es sobre nuestro papel como madres de niñas y líderes de equipos diversos. Es una invitación a cuestionar las expectativas que el mundo nos impone y a fomentar que las mujeres adopten una postura más valiente y menos perfeccionista. Al promover un entorno donde el fracaso y el intento de nuevo son alentados, creamos oportunidades para logros extraordinarios.