Cómo me convertí en un Cyborg
El chip es un tag Near Field Communication (NFC) de tamaño 12mm x 2mm contenido en un cilindro de cristal, suministrado dentro de una jeringa estéril. NFC es una tecnología conocida por su uso en procesos de pago sin contacto, pero puede ser usada para transmitir inalámbricamente datos de cualquier tipo.
Mientras estaba haciendo las búsquedas iniciales sobre este tema, fue muy emocionante descubrir que la Cyborg Foundation fue inicialmente un proyecto de conjunto con Thoughtworks Arts Residency, una incubadora para artistas que exploran tecnologías emergentes. La misión de la Cyborg Foundation es “ayudar a los seres humanos a convertirse en cyborgs, promover el uso de la cibernética como parte del cuerpo humano y defender los derechos de los cyborgs”.
Cómo funcionan los implantes.
El tag NFC es un pequeño chip conectado a una antena, que se comunica vía ondas de radio. Los tag NFC son “pasivos”, lo que significa que no necesitan de una fuente de alimentación interna.
Estructura de un tag NFC (link)
Si se sostiene un lector NFC cerca de mi mano -por ejemplo, un smartphone Android con capacidad NFC- el tag es totalmente alimentado por el lector. Entonces el tag transmite los datos almacenados en él vía señales de radio, los cuales son interpretados por el lector.
De hecho mi chip permite tanto lectura como escritura y tiene una capacidad de 880 bytes, suficiente para almacenar una tarjeta de negocios digital.
Entonces técnicamente esto me hace un cyborg, pero supongo que esto dependa de cómo se defina el término.
Los Cyborgs están ahora en todas partes
Cyborg es el término corto usado para “organismo cibernético”. Este término apareció por primera vez en los años 60’s para describir “un ser humano mejorado” y es comúnmente asociado con la ciencia ficción y la fantasía.
Hasta par de semanas atrás, solía pensar en los cyborgs como personajes de ciencia ficción -como humanos que mejoraron sus cuerpos a través de la tecnología para obtener superpoderes. Sin embargo, los cyborgs están muy lejos de ser ciencia ficción estos días, de hecho ellos ya están entre de nosotros. Se ha vuelto relativamente sencillo para las personas aumentar sus sentidos, y ya existen muchas opciones de cómo poder lograrlo.
Algunas personas se han vuelto cyborgs porque han implantando imanes dentro de la yema de sus dedos, lo que les permite detectar campos magnéticos. Otros tienen implantes cocleares para recuperar su audición. Investigadores alemanes implementaron una interfaz ceexoesqueletos que les permite al portador mover objetos muy pesados con facilidad. Y estos son solo algunos ejemplos.
¿Qué hace a un humano un cyborg?
Existen muchas definiciones estrictas o menos estrictas de que es un cyborg. Una definición describe a un cyborg como alguien que tiene tecnología implantada dentro de su cuerpo, un implante que no puede ser eliminado sin intervención quirúrgica.
Otra definición menos estricta describe el cyborg como alguien que amplió sus habilidades y sentidos a través de la tecnología. De acuerdo a esta definición la tecnología puede ser implantada pero no necesariamente. Un uso intensivo de un dispositivo externo también coincide con esta definición.
Un aspecto interesante de esta definición menos estricta es el problema de la delimitación. Desde que todos usamos la tecnología de una forma u otra ¿Quién de nosotros no es un cyborg? Si nos vamos por esta definición todos somos cyborg y lo hemos sido durante décadas o incluso siglos.
La mayor similaridad entre ambas definiciones es la “voluntariedad” y la habilidad de poder apagar la tecnología. ¿Pudiera la dependencia emocional a un dispositivo externo ser tan fuerte, que perdamos la habilidad de vivir sin él? Así es como nos sentimos acerca de nuestros sentidos biológicos. ¿Podrían los sentidos tecnológicos llegar a ser lo mismo para nosotros?
¿Una prótesis nos hace un cyborg?
Otra consideración es acerca de una prótesis o un miembro artificial. Las prótesis funcionan como una parte integral del cuerpo del usuario, y la persona puede llegar a confiar completamente en la prótesis. Sin embargo, a menudo son fáciles de eliminar.
Un atleta corre con una prótesis (crédito: toffehoff)
En los últimos años, se ha discutido la aceptación de las prótesis en los Juegos Olímpicos. ¿Las personas que utilizan prótesis tienen una ventaja injusta sobre otros atletas? La sociedad parece aceptar a los cyborgs medicinales que aumentan su cuerpo con extremidades, siempre y cuando solo “corrigen sus deficiencias”. Sin embargo, si sospechamos que alguien está mejorando sus destrezas y habilidades sobre lo “normal”, tenemos miedo de perder el control.
El futuro de la cirugía inteligente
El progreso en este campo es inevitable. La electrónica y los microcontroladores son desarrollados para ser cada vez más pequeños, su software más sofisticado, y los procedimientos quirúrgicos menos invasivos.
En Alemania, donde estoy basándome, tenemos actualmente una línea cultural y legal bastante clara, dividiendo si es permisible o no, mejorar el cuerpo. Mientras la tecnología progresa, la presión será para que esta línea se mueva, para mantener el ritmo.
Las mejoras pueden llegar a ser no solo sobre la corrección de “deficiencias” sino sobre la obtención de nuevas habilidades por completo. Por ejemplo, a veces las personas que usan prótesis pueden correr por largos períodos de tiempo con una prótesis. A medida que estas mejoras se vuelvan más accesibles -y el mercado que las desarrolla- las líneas jurídicas y culturales podría difuminarse.
En este futuro potencial, la barra contra la cual la gente se juzgaría a sí mismos se aumentaría continuamente a medida que aumente el progreso tecnológico. El término “discapacidad” será redefinido en nuestro vocabulario.
Cyborgismo corporativo
Yo no tengo miedo de perder el control. No tengo miedo de un futuro donde mejoras en mi cuerpo me permitan ver los rayos ultravioletas, donde pueda escuchar ultrasonidos, y donde pueda correr 500 millas sin agotarme. Sí, existen preguntas complejas se plantearán, como siempre hay con la tecnología. Sin embargo, es importante que nos enfrentemos a estos desafíos.
Para mi personalmente, mi miedo más oscuro se esconde en la idea de un mundo de “cyborgs corporativos”. Donde mejorar nuestros cuerpos se trata de la optimización y el beneficio, y nada más que una versión moderna del pensamiento eugenésico. Un mundo donde pierdo mis sentidos recién adquiridos porque no estaba de acuerdo con los términos y condiciones.
La pregunta que queda es: ¿Cómo podemos mejorarnos a través de la tecnología para abrazar la individualidad, la libertad y la autonomía?
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