El agilismo o metodología ágil defiende una mentalidad que valora la capacidad de respuesta a los clientes, la adaptabilidad y la rapidez de ejecución.
El desarrollo ágil se vio impulsado por la creación del Manifiesto Ágil, un convencimiento de que el desarrollo de software debía evolucionar de un proceso estático en "cascada" a otro lo suficientemente dinámico para afrontar los retos del futuro. Desde entonces, la influencia de la metodología ágil ha trascendido el desarrollo de software y se ha extendido a las disciplinas de gestión de proyectos y gestión general.
Los métodos ágiles demostraron que el desarrollo de software podía aportar valor a los clientes pronto y con frecuencia.
Arraigada en el desarrollo de software, la metodología ágil se ha convertido en una disciplina de gestión general para afrontar el cambio haciendo hincapié en la necesidad de entregar proyectos probados por el cliente de forma incremental.
Adoptar una mentalidad ágil puede darte una ventaja competitiva significativa, ya que te vuelves tan rápido en reconocer y actuar ante los cambios que casi te anticipas a ellos, en lugar de responder a la evolución del mercado. Así tendrá más tiempo para probar y desarrollar soluciones.
Convertirse en ágil es un esfuerzo a largo plazo. Ha surgido toda una industria que ofrece metodologías y prácticas que prometen mejorar la agilidad. Pero los verdaderos beneficios de la agilidad dependen de adoptar esa mentalidad ágil.
Agile comenzó en el desarrollo de software, pero ahora se encuentra en muchas iniciativas de gestión de proyectos.
¿Qué es?
El Manifiesto Ágil cambió la trayectoria del desarrollo de software de los procesos estáticos y monolíticos en cascada, muy extendidos en 2001, a un enfoque dinámico, centrado en el cliente, adaptable y rápido que hoy se considera la corriente dominante.
Agile consta de una serie de prácticas -historias, reuniones diarias, iteraciones cortas, refactorización- y una mentalidad -colaboración, experimentación, empoderamiento, orientación al cliente-. Lo primero puede considerarse "hacer ágil" y lo segundo "ser ágil". Las organizaciones suelen encontrar más difícil "ser ágiles" que "hacer ágiles".
¿Cómo se consigue adaptabilidad y velocidad con la metodología ágil? En primer lugar, agile fomenta la entrega continua de valor - iteración a iteración y lanzamiento a lanzamiento - en lugar de un único gran lanzamiento de valor al final de un proyecto. La automatización, incluidas las pruebas automatizadas exhaustivas, permite a los equipos entregar valor hoy y mantener la alta calidad del producto que hace que la última iteración sea tan rápida como la primera. También se consigue adaptabilidad y velocidad haciendo menos. Al medir el valor continuamente, los equipos ágiles tienden a eliminar las características marginales, que según los estudios proliferan con los métodos tradicionales.
Aunque la agilidad tiene sus raíces en el desarrollo de software, la mentalidad y las prácticas han migrado a la gestión general y de proyectos, ya que las organizaciones tratan de encontrar formas de adaptarse a la incertidumbre y los rápidos cambios del entorno actual.
¿En qué te beneficia?
Valor: una mentalidad y unos métodos ágiles permiten a los equipos ofrecer un flujo continuo de valor a los clientes.
Adaptabilidad: en el mundo actual, el agilismo ayuda a las organizaciones a postular, experimentar, medir y aprender rápidamente.
Velocidad: no basta con adaptarse a los cambios, hay que adaptarse rápidamente. El agilismo muestra a las organizaciones cómo acelerar la producción de valor.
Innovación: la innovación es un proceso en el que se proponen nuevas ideas, se experimenta, se aprende lo que funciona y lo que no, y se adapta a lo aprendido. Las empresas ágiles son innovadoras, destacan en la producción de una serie de productos que entusiasman a los clientes.
Reducción de costes: al ajustar mejor las características del producto a las necesidades y trabajar en equipos de colaboración eficaces, el agilismo puede reducir costes.
¿Cuáles son las contrapartidas?
Uno de los cuatro valores ágiles es "Individuos e interacciones por encima de procesos y herramientas". Esto significa que el proceso no puede compensar la falta de habilidades, lo que a su vez significa que sin personas cualificadas, la metodología será difícil. Sin embargo, esa dificultad es válida para cualquier proceso, sólo que antes tendía a ocultarse.
El agilismo exige un cambio de mentalidad. Así que no se puede llegar a ser ágil simplemente adoptando algunas prácticas y rituales codificados. Muchas empresas han intentado "hacer ágil" en lugar de "ser ágil", y luego se han preguntado por qué no obtenían de la agilidad el valor que esperaban.
Las empresas verdaderamente ágiles no surgen de la noche a la mañana. Se puede pensar en la agilidad como un modelo de fluidez: a medida que se madura en ser ágil, más beneficios se obtienen.
¿Cómo se utiliza?
La metodología ágil ha sido adoptada en todos los sectores y zonas geográficas, por empresas grandes y pequeñas. Lo verás en gigantes de la tecnología como Microsoft, Netflix y Spotify; en medios de comunicación como el grupo REA; y en empresas de automoción y transporte como Daimler, Trainline y Uber.
A continuación puedes ver cómo REA ha adoptado el agilismo.
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