La discapacidad es una realidad que afecta a una gran cantidad de personas en todo el mundo. Según las estadísticas, más del 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad, y esta cifra aumenta con la edad. Por otro lado, la accesibilidad se define como la práctica de hacer que la información, las actividades y/o los entornos sean sensibles, significativos y utilizables para el mayor número posible de personas. La accesibilidad digital juega un papel crucial en la inclusión y el empoderamiento de las personas con discapacidad, permitiéndoles acceder a la información y servicios en línea de manera efectiva.
Imagínate un mundo en el que todos, sin importar su contexto físico, tecnológico, idioma, puedan tener acceso a la misma información y oportunidades en línea. Este es el poder de la accesibilidad digital. No solo se trata de ser políticamente correcto, sino de abrir puertas y crear una sociedad más inclusiva en la que todos tengan las mismas oportunidades de participar y prosperar.
Entonces, ¿la accesibilidad es importante? ¡Claro que sí! Pero, ¿por qué para muchos no lo es? La accesibilidad pasa desapercibida, no es prioritaria, cuesta, se descarta por defecto (o por omisión, intencionada o no). Como tecnologistas creamos, diseñamos, desarrollamos con la última tecnología y las mejores prácticas, pero sin tener presente principios de accesibilidad.
Muchas veces asumimos que si quienes diseñamos, desarrollamos y probamos podemos navegar o usar, todos los demás podrán. Asumir y no validar la accesibilidad es un error grave que dentro de metodologías Lean requiere probar y centrar en los usuarios las decisiones, pero no en un solo tipo de usuarios sino en la diversidad de usuarios y las situaciones en que se encuentren.
Este artículo, más allá de plantear preguntas, tiene el propósito de concientizar y dar respuestas sobre cómo, desde nuestros distintos roles en el área tecnológica, podemos pensar y recordar aplicar la accesibilidad como parte de nuestras actividades, iniciando con cambios pequeños que representan un gran salto hacia la accesibilidad digital.
Sin considerar a qué contexto pertenece, he enlistado seis consideraciones que podemos implementar en cuanto a diferentes variables:
1. Texto
La tipografía y el tamaño del texto pueden ser las primeras cosas que se nos ocurran con respecto a la accesibilidad. El objetivo es hacer que el texto sea lo más legible posible eligiendo el tamaño y fuente correctos, considerando los detalles de percepción de los caracteres con estructura compleja (a, e, o, u). Su forma debe ser fácil e inequívoca de percibir.
2. Estructura
Usar una distribución adecuada, considerando niveles y relevancia. Por ejemplo, los encabezados dividen el contenido en secciones de información, los más profundos crean subsecciones más profundas. Deben implementarse correctamente pues están destinados únicamente a fines estructurales, no como decoración de texto o crear énfasis.
Los encabezados no deben repetir el título del contenido, no son para crear espacios o relleno entre el texto. Además, considerar prescindir del desplazamiento, ya que tiende a ocultar la parte de la información que está fuera del espacio de la pantalla. En lugar de hacer scroll se puede optar por dividir la información en varias pantallas.
3. Colores
Asegurar que el contraste sea adecuado y que el texto sea dinámico, permitiendo que más usuarios perciban la información claramente y la disfruten, especialmente aquellos con discapacidad visual. Además, no usar el color como único medio visual para transmitir información, indicar acciones o distinguir elementos.
4. Imágenes
Implementar elementos visuales como imágenes es inevitable, lo más relevante es el texto alternativo que debe ser breve y descriptivo. Este atributo nos proporciona una descripción para los usuarios con discapacidad visual. Los elementos que no sean ilustrativos, es decir que son decorativos, deben tener siempre un texto alternativo vacío. Es importante ser muy descriptivo y contar específicamente lo que demuestra la foto, lo que le dé valor al usuario.
5. Enlaces
La característica más visual de un enlace siempre es el subrayado y su contraste azul. No debemos usar este formato de presentación para elementos que no son enlaces. Es decir, no darle la apariencia de enlace a algo que no lo es. Tan simple como eso.
6. Botones
Tan importante es su estilo, como su tamaño e información mostrada. Nuevamente, no debemos darle la apariencia de botón a un elemento que no lo es. Esto crea confusión incluso para los usuarios sin discapacidad. Mantener los botones lo suficientemente grandes para ser claramente visibles y en el caso de las aplicaciones, fáciles de tocar. Esto es realmente útil para los usuarios con trastornos motores.
Es hora de dejar de "omitir" la accesibilidad digital y adoptar prácticas más inclusivas. Los usuarios con discapacidad están ansiosos de tener acceso a más y mejores productos digitales. Al considerar que no todos los usuarios acceden a la web con los mismos medios técnicos y que no todos pueden percibir los contenidos de la misma manera, nos convertimos en agentes de cambio en la sociedad. La accesibilidad digital es más que solo una consideración técnica, es una oportunidad para construir un futuro más equitativo. Asumamos la responsabilidad de hacer nuestra parte y crear un mundo en el que la tecnología sea accesible para todos.
Aviso legal: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son las del autor/a o autores y no reflejan necesariamente las posiciones de Thoughtworks.